viernes, 11 de octubre de 2013

Que alguien haga algo

Y es que esta tarde se ha colmado el vaso de la paciencia. El asunto es que quien suscribe tiene un pase para medios de comunicación para ejercer mi actividad informativa en el tendido 2 de la Misericordia de Zaragoza que la empresa, además, lo entrega a principio de temporada bordando el tema, porque así se evita parte del farragoso asunto de buscar la acreditación.
Y para ir a mi sitio del T2 me hacen entrar los porteros por la puerta 11(Servicio). A otros compañeros no. A mi sí, pero nunca he dicho nada a pesar de tener que dar la vuelta a la plaza casi por completo por el pasillo interior, pero es que hoy ha sido de nota: Voy a la puerta 11 y me dicen que por la 9. La 9 veo que conduce a Andanada y que por ahí no llego a mi localidad del T2, se lo hago saber al portero de la carpeta y me dice que tengo que ir por el patio de cuadrillas, con lo cual me voy calentando de tanta guasa, porque los porteros están trabajando pero yo también, y me busco la vida y entro por la 11 para no andar más, pero resulta que entre el T4 y el T3 existe una barrera con un portero al que le enseño mi pase de Libre Circulación con mi asiento en el T2 y me dice que no puedo pasar por allí. Como yo insisto en que tengo que seguir ese camino si o si, porque no hay otro y no puedo entrar volando, el probo empleado me ha tenido un cuarto de hora esperando a que viniese un responsable para solucionar el asunto como si fuera un delincuente al que han pillado in fraganti, y mientras tanto, como él no estaba en su sitio para evitar que yo pasara estando acreditado, en un alarde de eficacia se le ha colado toda la gente que ha querido. 
Así que hasta que no ha venido el inspector y ha solucionado el asunto no he podido pasar a mi localidad con el consiguiente cabreo previo a una tarde a la que llegaba con la máxima ilusión. Pero hay más, pues este celoso acatador de las instrucciones de su amo, ayer ya me puso problemas para pasar a mi localidad y hace unos meses hizo lo mismo cuando estaba en la puerta del patio de caballos. Así que a quien le corresponda, le ruego que le explique al propio de qué va el asunto porque me es tremendamente desagradable que me tengan retenido quince minutos como un vulgar ratero y quien se extralimita en sus funciones siga tocando las narices, por no decir otra cosa, a propios y extraños, y quede todo en un "lo siento señor, pero cumplo órdenes". Que ya vale.

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